lunes, 23 de septiembre de 2013

Plantar Bulbos (2ª parte)

Uno de los problemas visuales de los bulbos de primavera es el follaje que queda después de la flor. El follaje puede resultar poco atractivo a la vista si es que los bulbos están plantados en un lugar muy visible dentro del diseño del jardín. El follaje no debe segarse antes de que se torne amarillo y muera de manera natural.



El follaje de los bulbos más pequeños, tales como el de las campanillas de invierno y albarranillas, se muere rápidamente y no causa problemas. El follaje de bulbos más grandes, como el de los tulipanes y narcisos atrompetados, demorará semanas hasta morir. Recuerde que después de florecer la planta necesita que las hojas verdes produzcan alimento (fotosíntesis) que se almacena en el bulbo para el crecimiento del año próximo. Si el follaje se sesga temprano, la planta no podrá seguir produciendo reservas para el año próximo. Esto da como resultado un bulbo débil que gradualmente irá declinando hasta morir.

Hay varias maneras para distraer la atención del follaje amarillento. Intercale los bulbos en la primavera con algunas plantas anuales de uno o dos colores. Ubique los bulbos detrás de las plantas sembradas en la parte frontal del cantero. Plante bulbos de flor más alta detrás de arbustos bajos ubicados en primer plano. Plante los bulbos junto a plantas pequeñas que cubren el suelo y perennes como las hostas o las azucenas amarillas.

Estacas
Algunos bulbos de flor de verano como las dalias y los gladiolos, de vez en cuando, necesitan soporte adicional para poder mantenerse erguidos. Para sostener aquéllas plantas de tallo débil resultan útiles los anillos de soporte. Las estacas también cumplen esta función. Coloque las estacas en la tierra cuando plante los bulbos o tubérculos así evitará dañarlos cuando estos ya hayan crecido.



Acolchado orgánico (mulch)
La tierra donde se planten los bulbos deberá cubrirse con dos o tres pulgadas de acolchado orgánico. Esto minimizará la fluctuación de temperatura y mantendrá un nivel óptimo de humedad. Los bulbos pequeños de floración temprana no deberán cubrirse con acolchado orgánico.

Recolección y almacenaje de bulbos de Otoño
Una vez que el follaje se marchita o madura al final de la primavera o a principios del otoño, el bulbo entra en estado de latencia. El verano es el período de latencia para los bulbos de primavera. A medida que el follaje va muriendo, las raíces que nutren el bulbo también van muriendo. Con las lluvias de otoño, el bulbo sale de la latencia del verano y las raíces comienzan a crecer nuevamente para proveer al bulbo de nutrientes y humedad.

Una vez que los bulbos de primavera entran en estado de latencia es el momento ideal para desenterrarlos si fuera necesario.

Recolección y almacenaje de bulbos de Otoño.
Si la elección es desenterrar los bulbos, estos deberán almacenarse en un lugar bien ventilado y deberán replantarse en el otoño. Cada cinco años los narcisos atrompetados y los crocus deben recolectarse y resembrarse para evitar el exceso de bulbos. La primera señal de exceso de bulbos será una flor más pequeña, florecimiento desparejo y alturas no uniformes. Cuando esto ocurre hay que sacar los bulbos de la tierra, dividirlos y resembrar de inmediato.

Recolección y almacenaje de bulbos de primavera
En el caso de las bulbosas de flor de verano, cuando las hojas comienzan a tornarse amarillas es momento de recolectar y almacenar los bulbos. Utilice una escardadera de lengüeta para desenterrar los bulbos. Limpie todo resto de tierra que esté pegada al bulbo, excepto en el caso de bulbos que se almacenan en macetas o con tierra alrededor.


En el caso de los bulbos de achimenes, begonias, cannas, caladium, dalias e ismene, no quite la tierra. Almacene estos bulbos en grupos sobre una capa levemente humedecida de turba o aserrín en un lugar fresco. Lávelos y sepárelos justo antes de plantarlos.

Despliegue los bulbos limpios en la sombra para que se sequen. Cuando estén secos, almacénelos resguardados de la luz solar en algún lugar fresco y seco como un sótano, bodega, garaje o cobertizo a aproximadamente 60° ó 65°F. Evite temperaturas de menos de 50°F o de más de 70°F salvo que haya recibido instrucciones diferentes para algún tipo de bulbo en particular.

Revise los bulbos para ver si tienen algún tipo de enfermedad. Guarde sólo bulbos grandes, firmes y sanos que no estén manchados. Deshágase de los bulbos pequeños.

Si tiene pocos bulbos para almacenar puede guardarlos en bolsas de papel que podrá colgar con hilo del cielorraso o de las paredes. Si tiene más cantidad de bulbos para almacenar, hágalo en bandejas con tela mosquera. Clasifique los bulbos por especie y variedad antes de almacenarlos.


Asegúrese de que circule aire por los bulbos que almacene. Nunca almacene bulbos a más de dos o tres capas de profundidad. Las pilas profundas de bulbos generan calor y podredumbre.

Lo ideal es que la mayoría de los bulbos que dan flor se almacenen durante bastante tiempo a una temperatura de 60°F a 68°F. Trate de mantener la humedad en el sitio de almacenaje lo más baja posible. Nunca guarde bulbos donde haya gas etileno producido por frutas. Los bulbos pueden almacenarse en recipientes con turba, arena, perlita o vermiculita. Otro método común para almacenar bulbos es colocarlos en una bolsa de tejido muy suelto y colgarlos en un lugar reparado y fresco. No divida ni separe los bulbos antes de almacenarlos.

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