Si bien su origen es incierto, algunas fuentes sostienen que viene del Cáucaso o de las costas del mar del Caspio, lugar en el cual crece de forma espontánea. Posteriormente lo que queda claro es que se propagó y se aclimató perfectamente en todas las zonas templadas del planeta.
Existen unas 250 especies diferentes de Rosas de las cuales unas 30 son clasificadas como odoratas y tan solo 3, que son las rosas antiguas, las progenitoras de muchas otras, y que son cultivadas a gran escala debido a su exquisito perfume. Desde el punto de vista medicinal, la rosa castellana y la Rosa de cien hojas o centifolia, son las especies más dignas de consideración.
Principios activos y composición
Taninos (Hasta un 24%)
Aceite esencial (Hasta un 0,04%)
Geraniol, citronelol, ácido feeniletílico, linalol, nerol, farnesol y eugenol.
Glicósidos flavónicos: quercitrina.
Glicósidos antociánicos: cianina
Se dice que los orígenes de las Rosas cultivadas se remontan a la jardinería en la antigua China Imperial. En la mitología hindú se la relacionaba con la diosa del amor y la belleza, así como en la Grecia clásica. También fue muy venerada en el Egipto faraónico. Existe la creencia de que Cleopatra hacía rellenar sus almohadas con pétalos de esta flor.
La Rosa ha conquistado una popularidad que difícilmente puede disputarle cualquier otra flor. De hecho, está considerada como ‘la reina de las flores’. Además de su aroma, suave y exquisito.
Las Rosas tienen unas atractivas y hermosas flores, y una apariencia elegante que la hace ser la planta más cultivada en parques y jardines de todo el mundo.
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